¿Habéis probado alguna vez un curry «Thai»? Un guiso muy típico de la cocina tailandesa, como también muy común en todo el Sudeste Asiático; Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos, Malasia, Indonesia, Filipinas, etc.
No tienen nada que ver con los currys de la India, que por lo general son mucho más picantes y pesados, la mayoría (si son vegetales) son currys de legumbres que pican «a rabiar» por lo que al final, no se pueden degustar los sabores, los matices de las especias, los puntos de cocción, etc.
En fin, a mí personalmente me encanta este tipo de curry, el curry «Thai» o del Sudeste Asiático. Es muy aromático, ligeramente picante, con una suavidad y frescura extraordinaria que le aporta la leche de coco, con sus patatas y calabaza tiernas, con la deliciosa piña que contrasta por su dulzor con el resto de ingredientes… Es un plato verdaderamente delicioso y sorprendente!
Además es muy fácil de preparar, ya lo veréis, y lo podéis tomar tanto frío como caliente, como más os apetezca…
Os cuento cómo lo preparo.
Ingredientes: (para 4/6 personas)
- 3 patatas grandes
- 1 trozo grande de calabaza (similar en tamaño a 2 patatas)
- 3 rodajas de piña fresca
- 4 dientes de ajo
- 1 trozo de raíz de jengibre (similar en tamaño al menos a 2 dientes de ajo)
- 1 cebolla blanca
- 1 puerro
- 2 zanahorias
- 1 tomate grande
- 1 cucharadita de azúcar integral de caña, panela o azúcar de coco
- 5 bolitas de pimienta negra
- 1 pimienta de cayena o guindilla pequeña
- 1 cucharadita de semillas de cilantro
- 1 cucharadita de cominos
- 5 vainas de cardamomo
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharada grande de pimentón dulce
- 2 cucharadas grandes de curry en polvo
- 1 bote de leche de coco
- 1 chorro de aceite de oliva vírgen
- Sal marina integral al gusto
Pues empezamos a preparar nuestro curry «Thai» 100% vegetal y 100% delicioso!!!
Pelamos y picamos finamente los dientes de ajo y la raíz de jengibre, nos hacemos con una cacerola de tamaño medio y echamos un buen chorro de aceite de oliva vírgen, lo calentamos a fuego medio y comenzamos a dorar el ajo y el jengibre.
Mientras tanto, vamos pelando y cortando en trocitos pequeños la cebolla, el puerro y las zanahorias y lo añadimos a la cacerola…
Ahora tenemos que dejar que se dore todo muy bien durante algunos minutos, mantenemos la potencia a fuego medio y añadimos un punto de sal y 1 cucharadita pequeña de azúcar integral de caña, panela o azúcar de coco.
Cuando ya esté todo bien doradito y pochado, lavamos y cortamos nuestro tomate (con piel) en cuadraditos y lo añadimos. Dejamos que el tomate se vaya deshaciendo y mezclándose con el resto del sofrito…
Es el momento de añadir parte de nuestras especias, en un mortero, machacamos las bolitas de pimienta negra, la cayena o guindilla, las semillas de cilantro, los cominos y las semillas de las vainas de cardamomo, simplemente partimos las vainas y añadimos las semillas que hay dentro, en el mortero con el resto de especias y a machacar…
Notaréis que el olor de estas especias, simplemente al machacarlas, es verdaderamente embriagador…
Ahora añadimos este majado de especias en el sofrito y a remover …
Ya es el momento de pelar y cortar nuestras patatas y calabaza, pelamos, lavamos y cortamos en trozos cuadrados o rectangulares, según os salgan, de un tamaño medio y lo añadimos a la cacerola.
Removemos y mezclamos todo muy bien para que se impregne de nuestro sofrito con especias, lo dejamos así, impregnándose y sofriéndose durante un par de minutos.
Después añadimos un mínimo de agua, solamente para cubrir nuestros ingredientes, y ha llegado el momento de poner nuestro punto de sal y el resto de especias en polvo; la canela, el pimentón y el curry.
Sin perderlo nunca de vista, dejamos que cueza a fuego medio-bajo durante unos 20 minutos, hasta que la patata y la calabaza estén tiernas.
Pasado este tiempo lo probamos y si ya tenemos la patata y calabaza blanditas, ponemos el fuego al mínimo y añadimos el bote de leche de coco entero (agitadlo bien antes de abrir).
Removemos de nuevo, para que la leche de coco se integre bien en nuestro guiso y lo dejamos unos 5 minutos con el fuego al mínimo.
Mientras tanto, vamos cortando nuestras rodajas de piña en cuadrados, retiramos el guiso del fuego y añadimos la piña, mezclamos, dejamos reposar unos minutos y ya tenemos nuestro curry listo para disfrutarlo!!!
Es espectacular, os lo aseguro, tiene su punto justo de picante, de aromático, de especiado, de salado, con su toque dulce de piña y su cremosidad y suavidad gracias a la leche de coco..
Además está tan bueno caliente y recién hecho, como si lo dejáis reposar en la nevera unas horas y lo tomáis frío… Mmmmhhh!!!
Para servir, utilizad mejor cuencos y lo decoráis con hojas frescas, las que tengáis por casa o las que os apetezcan, yo he utilizado hojas de albahaca y romero, también le van increíblemente bien la menta, la hierbabuena, cilantro fresco, cebollino o incluso perejil…
Estoy deseando saber qué os ha parecido, si os ha gustado, si lo habéis encontrado sencillo de preparar… bueno, ya me contaréis.
Un abrazo, suerte y a disfrutar con la cocina vegana!!! Es el granito de arena que verdaderamente cambiará el mundo…
V&V
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