Mozzarella vegana 2.0

¡Muy buenas compañeros veganos!! Hoy no me he podido resistir a versionar la Mozzarella de Dimensión Vegana, tienen unas ideas y una técnica increíble, además sus vídeos son geniales, no os los perdáis.

A ver, os cuento, ya sabéis que a mí personalmente no me gusta demasiado utilizar los derivados de la soja, ni tampoco los productos demasiado procesados en general, como margarinas, seitán (gluten de trigo), natas vegetales, harinas y/o cereales refinados, levaduras químicas, etc.

Mi cocina se basa en vegetales frescos de temporada, en cocciones suaves que se toman su tiempo, en productos integrales, en frutos secos y frutas jugosas, buenas legumbres, patatas y platos tradicionales de nuestra rica (en todos sus conceptos) gastronomía española. Añadiendo ocasionalmente toques árabes u orientales, nuevas ideas de viajes por lejanas tierras, y humildemente, también mi propia creatividad e inventiva.

Sin embargo no puedo dejar de reconocer que utilizando algunos derivados de la soja, seitán o harinas blancas, se obtienen mejores resultados en algunos platos, éstos quedan más cohesionados y más similares a una Mozzarella tradicional, por ejemplo.

Por ello siempre os recomiendo lo mismo, tomar estos productos ocasionalmente, y de ningún modo basar nuestra alimentación diaria en sojas, gluten, ni productos refinados o hidrogenados.

Una vez dicho esto, vamos a preparar esta Mozzarella que está muy rica, es suave y muy agradable al gusto. Además funde perfectamente, por lo que es ideal para pizzas y vegatas (bocatas veganos) calientes… ¡Mmmmmhhhh!!!

Ingredientes (para un queso de aprox. 1/4 kilo):

  • 1/2 litro de leche de soja no azucarada
  • 2 yogures de soja sabor «natural» y no azucarados
  • 3 cucharadas soperas de almidón de tapioca (también os serviría el de patata o arroz)
  • 3 cucharaditas de carragenato en polvo (sodio carragenato)
  • 2 cucharaditas de levadura de cerveza
  • 2 cucharaditas de orégano
  • 1 chorrito de aceite de oliva vírgen
  • Sal marina integral al gusto

Este quesito se hace en menos de 10 minutos, sólo dos cosas importantes, la primera, por supuesto, tener todos los ingredientes. Los más «difíciles» de encontrar serán el almidón de tapioca, de patata o arroz, yo lo suelo comprar en una tienda oriental llamada Ta Tung, que está muy cerca de la estación Príncipe Pío en Madrid.

En cuanto al carragenato es un gelificante y espesante procedente de las algas, en especial de las algas rojas, muy parecido al agar-agar pero con la peculiaridad de que éste, además de cuajar en frío, es capaz de «derretir» en caliente…. Si estáis en Madrid lo podréis encontrar en la famosísima Manuel Riesgo (C/. Desengaño, 22). Toda una institución en Madrid con más de 150 años. Tienen de todo, absolutamente de todo y además también se puede pedir por internet.

La segunda cosa importante es no parar de remover y batir enérgicamente durante todo el proceso, es un poco cansado, pero como os digo, no serán más de 10 minutos en total.

Así que vamos a empezar, elegimos nuestro molde o «tupper» y lo cubrimos de una fina capa de aceite para que después no se nos pegue el quesito.

Nos hacemos con una cacerola pequeña y lo primero, ponemos la leche de soja y las 3 cucharaditas de carragenato, para comenzar a mezclar y batir con una varilla (todavía fuera de fuego).

Después añadimos los 2 yogures y seguimos batiendo.

Continuamos echando el almidón de tapioca y batimos sin parar. Seguimos agregando los ingredientes, ahora la levadura de cerveza, el orégano y la sal (aprox. 1/2 cucharada), por ultimo vertemos 1 chorrito de aceite de oliva vírgen y seguimos batiendo…

Ya podemos encender el fuego, ajustamos la potencia a nivel medio y entramos en la parte más importante y más cansada del proceso. Ahora no podemos parar ni un segundo de batir con la varilla hasta que se nos haga imposible seguir manejándola (pues cada vez estará más espesa la mezcla) y tengamos que substituirla por una cuchara de madera.

Así continuamos unos minutos más, hasta ver que se nos vaya formando una bola cada vez más espesa y «pegajosa» es decir, una verdadera Mozzarella, que se irá pegando y despegando de las paredes de nuestra cacerola según vayamos moviéndola (sin parar).

Por último, echamos con mucho cuidado nuestra Mozzarella, procurando que no haya roturas, en el molde o «tupper». Cerramos con su tapa o cubrimos con un film, y a la nevera un mínimo de dos horas, como siempre os digo, lo ideal sería esperar hasta el día siguiente, pero si no podéis esperar, al menos que repose un par de horitas en frío.

Ya sólo es cuestión de desmoldar y vuestra imaginación, ya veréis qué quesito más suave y qué textura más agradable!!! Además el hecho de que se funda y derrita de forma muy parecida a una Mozzarella tradicional es un «súper plus»!!!

Ya me contaréis, yo lo voy a utilizar para dar un toque diferente a unas croquetas de boletus… para chuparse hasta los dedos de los pies (¡jajajaja!!!)

Un abrazo enorme, ahora a disfrutar, a cocinar y a respetar a todo nuestro entorno y a nosotros mismos con nuestro consumo y decisiones diarias…

V&V

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Eva dice:

    Hola, una pregunta, lleva gluten?

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    1. No, libre de gluten

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