¿Quién no se acuerda de los filetes rusos de nuestra infancia? Aquellos que las madres servían en una fuente al centro de la mesa y todos íbamos pinchando con los tenedores hasta que acabábamos con ellos en pocos minutos…
¡Qué ricos!!! ¿verdad? ¡Qué recuerdos!!!
Pues os propongo unos filetes rusos de azuki, la famosa judía roja japonesa, con aceituna negra, pepinillos, cebollita, perejil, especias, un chorrito de salsa de soja y un distinguido toque de canela …
Son sorprendentes, originales y deliciosos. Mientras que los coméis distinguiréis los diferentes sabores y matices. Los trocitos de aceituna negra, la crujiente cebolla, el sabor inigualable de base de las judías azuki, un tenue sabor a salsa de soja, la aromática canela, el frescor potente del pepinillo, y la textura, una textura tan realista que os hará dudar, esa textura conseguida con la pasta de azuki y harina de arroz. Así de sencillo, así de natural, así de fácil y saludable…
Además puede ser un aperitivo muy divertido algún día de estas Navidades, gustará a todos, desde los más «peques» hasta los más «gruñones», ya lo veréis!!!
Vamos a empezar…
Ingredientes (para unos 30 filetitos)
- 1 kg. de judías azuki en seco
- 4 cucharadas soperas de harina de arroz glutinoso (también podéis utilizar almidón de maíz, de patata o tapioca)
- Aprox. 200 gramos de aceitunas negras
- Aprox. 150 gramos de pepinillos en vinagre
- 1 cebolla blanca dulce
- 1 ramillete pequeño de perejil fresco
- 1 cucharada sopera de ajo seco
- 1 cucharadita de comino en polvo
- 1 cucharadita de orégano
- 1 cucharadita de albahaca
- 2 cucharaditas de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de canela
- 1 chorrito de salsa de tamari o soja
- Sal marina integral y pimienta negra al gusto
- 4 ó 5 cucharadas de pan rallado
- 1 buen chorro de aceite de oliva vírgen
Como siempre, cuando vayamos a cocinar legumbres, lo primero será ponerlas en agua con 1/2 cucharadita de bicarbonato al menos 12 horas antes (si me seguís, seguro que ya os sabéis esta frase de memoria). Lo ideal será dejar las judías «durmiendo» en agua la noche anterior a preparar nuestros filetitos rusos.
Por cierto, que las judías azuki son excepcionales, contienen menos grasas y más cantidad de proteínas que la mayoría de las legumbres, además son más fáciles de digerir, por eso su fama estos últimos años, aparte de su sabor, muy fino y ligeramente dulce.
En la entrada de la ensalada templada con trigueros, azukis y tomate raf os explico su origen, historia y propiedades, por si os interesa saber más de las azukis.
Volviendo a nuestra receta de hoy, a la mañana siguiente o transcurridas 12 horas en agua como mínimo (si puede ser más tiempo, mejor, pues estarán más blanditas), escurrimos y lavamos nuestras azukis.
¡Fijaos qué preciosidades!!!
Cuando estén bien lavadas, nos ponemos a triturarlas con una batidora de mano, así se hace perfectamente. No debéis utilizar batidora de vaso puesto que tendríais que añadir agua y no es recomendable añadir absolutamente nada de agua. Si tenéis robot de cocina, también lo podéis triturar ahí sin problemas, ya que tienen más potencia.
Con un poquito de paciencia, vais triturando todas las judías y formando una pasta muy espesa y homogénea. Esta pasta será perfecta como base de nuestros filetitos rusos o «mini-hamburguesas», como prefiráis llamarlos.
Una vez tengamos nuestra pasta de azuki formada, agregamos la harina de arroz y mezclamos muy bien con nuestras manos, como si estuviésemos amasando pan. Luego pelamos y picamos muy finamente la cebolla y el perejil, lo añadimos y mezclamos. Después hacemos lo mismo con las aceitunas negras y pepinillos. Posteriormente añadimos las especias; ajo seco, comino, orégano, albahaca, pimentón dulce y canela, y finalmente, un buen chorrito de salsa de tamari o soja. Mi preferida es la salsa de soja japonesa, es un sabor más sutil, no tan fuerte ni extremadamente salado como algunas salsas chinas… pero eso, a gusto del consumidor…
Por último, salpimentamos y probamos, recordad que otra de las maravillas de cocinar 100% vegetal es que podemos probar todo en cualquier paso, sin temor a «pillarnos» ninguna bacteria potencialmente mortal…
Y ya con nuestra masa para los filetitos bien terminada, echamos pan rallado en un plato, y nos ponemos a darlos forma y a rebozarlos.
Así, con paciencia y cariño, hasta que terminemos con toda la masa.
Para estas cantidades os saldrán en torno a unos 30 filetitos o «mini-hamburguesas»
Recordad que con esta misma masa, también podéis preparar hamburguesas grandes, albóndigas, filetes tipo escalope, «fingers» o todo lo que se os ocurra… ¡Dejad volar vuestra imaginación!!
Y ya nos vamos al paso final, los vamos a freír ligeramente en aceite de oliva, siempre en aceite de oliva compañeros.
Si el aceite de oliva es de lo más saludable y esencial en crudo, cuando vamos a freír es insustituible. Ya que gracias a su densidad y composición, soporta mucho mejor las altas temperaturas y no cambia su estructura molecular como otros aceites, que aunque vegetales, son de muchísima menor calidad y se vuelven tóxicos con temperaturas de fritura.
Si no tenéis fácil acceso al aceite de oliva, u os es demasiado caro, al estar en otras latitudes (mis queridos lectores de América Latina y Estados Unidos), probad con el aceite de coco, también es un aceite espeso y denso que soportará mejor las temperaturas altas.
Un consejo, utilizad una sartén pequeña, así no malgastaremos aceite, es mejor ir cocinando nuestros filetitos poco a poco, que gastar el doble de aceite en una sartén grande por ahorrar unos minutos.
La temperatura a fuego medio, ni muy alta ni muy baja, si está muy baja se podrían deshacer y si está muy alta se nos quemarían, «en el equilibrio está la virtud», como afirmaba Aristóteles.
Ahora, un par de minutitos por cada lado y listo!! Ya tenemos nuestros filetes rusos de azuki y aceituna negra!!! Mmmmhhhh!!!!!!
Los vamos colocando sobre una fuente cubierta con papel de cocina absorbente, dejamos que reposen durante unos minutos y a disfrutar!!!
Otro consejillo, de un día para otro están aún mejor, no sólo en sabor si no en textura…. esperáis a que se atemperen, los metéis en la nevera y al día siguiente los calentáis ligeramente en una sartén con una gota de aceite… ¡Insuperables!!!
También los podéis congelar, pero recordad, siempre después de cocinados, si los congeláis en crudo, absorberán mucha humedad y después se os desharán al pasarlos por la sartén…
Un abrazo enorme compis, espero que os gusten estos filetitos rusos, disfrutadlos y divertíos, en armonía, con cariño y respeto por todos y por todo…
V&V