¡Hola compañeros! ¿Cómo lleváis la semanita? Dura… ¿¡eh!?… pues vamos a endulzarnos un poco con este postre crudivegano. Como todos los «crudis» facilísimo de hacer, por cierto, tenéis otra tarta cruda de chocolate con plátano en el blog que está de impresión. Recordad que no necesitaréis horno, fuego, masas, ni tan siquiera azúcar… Y todo con tan sólo 5 ingredientes principales. Además queda riquísimo, es un dulce muy saludable que os aportará enzimas, vitaminas, omega-3, proteínas, minerales, antioxidantes, fibra y mucha, mucha energía. Es altamente saciante e incluso podría ayudaros a perder peso por la acción del aceite de coco… os voy contando…
Ingredientes (para 2 tartaletas):
- 2 manzanas
- Aprox. 50 gramos de nueces peladas
- Aprox. 15 dátiles pequeños
- Aprox. 150 gramos de aceite de coco (de la mejor calidad posible)
- 2 cucharaditas de té (el tipo de té a vuestra elección)
- 1 toque de pimienta negra
- 1 cucharadita de canela
- 1 chorrito de sirope de ágave, savia de arce o miel de caña (opcional)
Pues empezamos, lo primero, debéis recordar dejar «durmiendo» en agua los dátiles desde la noche anterior, de esta forma, al día siguiente estarán bien hidratados, más blanditos y activados. Respecto a las nueces, también las debemos activar, pero bastará con que las sumerjamos en agua entre 20 y 30 minutos antes de comenzar.
Otra cosa importante es poner nuestro bote de aceite de coco al baño maría con el fuego muy bajito, así cuando lo necesitemos el aceite estará licuado, pues normalmente se encuentra solidificado.
Mientras que están nuestras nueces en agua, aprovechamos para preparar el té, yo he elegido un té negro al caramelo, porque está buenísimo, es muy intenso y aromático…
Primero vamos a infusionar el té para después macerar unas láminas de manzana en él.
Llevamos al fuego aproximadamente 1 vaso y 1/2 de agua hasta que comience a hervir, una vez entre en ebullición apagamos, retiramos inmediatamente del fuego y añadimos 2 cucharaditas de nuestro té. Tapamos y lo mantenemos así unos minutos.
En este intervalo, lavamos una de las manzanas y la laminamos finamente.
Ahora introducimos las láminas de manzana en el té
Tapamos y así lo dejaremos hasta que vayamos a necesitar la manzana macerada, como broche final de nuestra deliciosa tartaleta…
Ha llegado el momento de escurrir nuestras nueces y dátiles para empezar con la base.
Deshuesamos 2 ó 3 dátiles y los introducimos en nuestra trituradora junto con todas las nueces y un mínimo de agua para que se puedan mover las aspas sin problemas…
Trituramos durante un par de minutos y paramos para añadir 1 chorrito de aceite de coco, si en total utilizaremos unos 150 gramos, para esta parte serán tan solo unos 30 gramos, es decir, 1 chorrito licuado.
Seguimos triturando hasta que quede toda la base bien mezclada, consiguiendo una pasta homogénea y muy espesa.
Para dar forma, voy a utilizar un sencillo aro de emplatado, tan fácil como eso, si tenéis moldes pequeños podéis utilizarlos e incluso algún vaso ancho, previamente pincelado con un poco de aceite de oliva o bien cubierto con papel de horno o repostería…
Con cuidado y paciencia, vamos poniendo la pasta bien prensada como base, dentro del aro de emplatado.
Lo introducimos en la nevera para que el aceite de coco comience a solidificar con el frío y endurezca la base antes de echar el relleno.
Nos ponemos a preparar el relleno o corazón de nuestro postre, para ello deshuesamos el resto de los dátiles y los cortamos en trozos, también cortamos en trozos la otra manzana y echamos todo a nuestra batidora con un mínimo de agua.
Comenzamos a triturar, siempre de menos a más, así un par de minutos. Luego paramos y añadimos el resto del aceite de coco líquido, aproximadamente unos 120 gramos, 1/2 cucharadita de canela, un toque de pimienta negra, y volvemos a triturar hasta que esté todo perfectamente integrado.
Una vez hayamos conseguido una crema espesa, sacamos la base de la nevera y vertemos esta crema sobre ella…
Ya sólo nos queda volver a introducirla en la nevera, 1 hora como mínimo, para asegurarnos que el aceite de coco haya enfriado totalmente y por lo tanto haya solidificado y endurecido nuestra tartaleta…
Por último, cuando la vayamos a servir, la sacamos de la nevera, nos aseguramos que ha endurecido correctamente y retiramos el aro de emplatado, nos vamos a por las láminas de manzana, ahora perfectamente maceradas en el té negro al caramelo (o el que vosotros elijáis).
Cortamos las láminas a nuestro gusto, las colocamos por encima, espolvoreamos la otra 1/2 cucharadita de canela y si nos apetece un poco más dulce, añadimos 1 chorrito de sirope de agave, savia de arce o miel de caña y… ¡lista!!! Ya tenemos nuestra tartaleta de manzana….
Ha llegado el momento para deleitarnos y degustar… ¡ya veréis qué rica está compis! Notaréis la base de nuez ligeramente dulce, la parte central suave, muy suave… con su sabor a manzana y su dulzor de dátil, ese aroma a aceite de coco y ese recuerdo de palmeras… la inconfundible canela y para finalizar, ese punto final inesperado y ardiente de la pimienta negra…
Es un postre muy sencillo, sólo necesitareis una buena batidora/trituradora. Respecto a los ingredientes, el más exótico es el aceite de coco (para uso alimentario, por supuesto), que ya se encuentra en casi todos los herbolarios y tiendas de alimentación ecológica…
Así que, no tenéis escapatoria, ¡la tenéis que preparar!!!
Espero que os haya gustado, un abrazo enorme y como siempre, cuidaos y … ¡disfrutad!!
V&V