¡Muy buenas compañeros!!! Hoy me he decidido por mostraros mis alcachofas favoritas, son rápidas, sencillas y extraordinariamente deliciosas… Las preparo así al menos una vez a la semana durante las temporadas de la alcachofa, en las que nuestros mercados se llenan de estas maravillas…

Aunque las alcachofas están buenísimas de cualquier forma, en el blog encontraréis otras recetas riquísimas: alcachofas estofadas con patatas, alcachofas al vapor con manzana y Judiones con batatas y alcachofas.

Mi preferida es la de Tudela, fresca y extra tierna por dentro, aunque por fuera tenga manchas y no sea tan bonita o llamativa a la vista…

Ya veréis con este «semi-confit» qué crujientes por fuera, qué tiernas por dentro, y qué sabor…. la alcachofa realzada, sabor a oliva, a punto de sal y a ligeramente tostadas…

El confitado es una técnica culinaria que cuece los alimentos a baja potencia en una grasa, ya sea animal o vegetal. Nosotros por supuesto lo haremos con aceite de oliva vírgen y no será propiamente una cocción, ni tampoco cubriremos de aceite, como se realiza un confitado tradicional. Si no que lo cocinaremos con un poco más de aceite de lo que utilizaríamos para plancha, pero no tanto como en un confitado o incluso una fritura….

Seguidme que os cuento…

Ingredientes (para 4/6 personas):

• Aprox. 20 alcachofas
• 1 taza de aceite de oliva vírgen
• Punto de sal marina y pimienta negra

Eso es todo compañeros, porque las alcachofas tiernas son tan deliciosas que no necesitan nada más, tan sólo un buen aceite de oliva, sal y un toque de pimienta negra al gusto…

Lo primero será deshojarlas, pelarlas hasta dejar un corazón limpio, pero no demasiado pequeño. No se tarda tanto como imagináis y la verdad es que es una labor muy entretenida…

Primero cortamos el tallo, pues eso nos permitirá eliminar las dos primeras capas de hojas más duras y ennegrecidas mucho más fácilmente que si lo dejásemos, además el tallo para mi gusto es demasiado duro y amarga ligeramente…

Después cortamos las puntas, y así, de una forma tan simple, ya hemos obtenido el corazón de la alcachofa.

Por último, la partimos por la mitad verticalmente y volvemos a dividir cada una de las mitades, es decir, obtendremos 4 trozos por alcachofa.

Echad un vistazo al vídeo donde os quedará más claro como pelar y trocear las alcachofas.

Ahora en una sartén honda o wok, vertemos la taza de aceite de oliva y vamos introduciendo en el aceite en crudo los trozos de alcachofa según los vamos cortando, de esta forma, evitaremos que se oxiden en exceso, ya sabéis que la alcachofa se pone negra en cuestión de segundos, en el momento que le da el aire…

Así, hasta que tengamos todas peladas y troceadas.

Una vez con todas las alcachofas peladas, troceadas y enaceitadas (removemos bien para que todas queden cubiertas con una fina película de oliva), llevamos nuestra sartén o wok al fuego, ajustamos la temperatura a potencia media-baja y la mantenemos así durante unos 15/20 minutos, removiendo de vez en cuando…

Pasados estos 15/20 minutos, subimos el fuego a la potencia máxima y mantenemos otros 5 minutos más, esta vez removiendo muy a menudo y sin perderlas de vista ni un segundo…

Así conseguiremos que queden por fuera muy doraditas, crujientes, y súper tiernas por dentro…

Por último apagamos el fuego, añadimos nuestro punto de sal marina y un toque de pimienta negra… ¡Y listo!!! ¡¡¡Ya las tenemos!!! Perfectas y extraordinariamente deliciosas, por favor, probad esta receta, no la olvidareis jamás, además no puede ser más sencilla… se convertirá en uno de vuestros platos favoritos…

¡Disfrutadlas mucho y ya me contaréis!!

Un abrazo inmenso,

V&V