Muy buenas compañer@s,
Como sabéis estamos viviendo tiempos realmente difíciles, extraños, caóticos, casi distópicos… pero mejor no hablemos de lo que tod@s, por desgracia, conocemos ya sobradamente. Hay demasiada información, desinformación y palabrería… Sólo os puedo decir que confiemos en la vida y en nosotr@s mismas, que no tengamos miedo pues lo que haya de ser será de igual forma, con miedo o sin él, al menos intentemos controlar lo que podamos, que es únicamente nuestro interior y la forma de enfrentarnos a las cosas, que sigamos adelante con nuestras luces y sombras, con nuestros días luminosos y borrascas, que nos mantengamos, en la medida de lo posible, en un estado de paz, tranquilidad y bondad. Es lo mejor que la mayoría podemos hacer en estos días de reclusión obligada y bombardeo de terribles estadísticas, malas noticias, alarmas, verdades a medias y muchas mentiras…
Para intentar paliar en lo posible este aislamiento y como sé que a la mayoría nos apetece algo de picoteo, hoy os traigo una receta de galletitas saladas, como siempre sencilla y deliciosa… Veréis qué ricas, crujientes, ligeras y con un sabor increíble, porque vamos a hacer la masa con tomate y orégano, estas galletitas van a tener un aroma y sobre todo un sabor, ¡saborazo!!! No vais a poder parar de comerlas… ¡Mmmhhhh!!!!
Ingredientes:
- Aprox. 250 grs. de harina tradicional (la de todo uso, la más sencilla de encontrar)
- 3 tomates frescos
- 5 piezas de tomate seco
- 3 cucharadas soperas de orégano seco (el que casi seguro tenéis por casa)
- Aprox 1/2 vasito de aceite de oliva virgen
- 1/2 cucharadita de sal marina fina
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo (también llamada polvo de hornear)
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico (el de toda la vida)
- 1 puñadito de sal marina gruesa
Lo primero que vamos a hacer es buscar un buen recipiente para preparar la mezcla y ponemos la harina, el orégano, la sal fina, la levadura y el bicarbonato.
Por otro lado, lavamos y cortamos los tomates frescos para triturarlos junto con los tomates secos (no hace falta hidratación previa), preferiblemente en una batidora de vaso porque os será más rápido y cómodo, si no tenéis, también lo podéis hacer con cualquier batidora o trituradora de brazo.
Una vez bien triturados todos los tomates (sin añadir nada de líquido), vertemos esta crema en nuestro recipiente de mezcla.
Luego agregamos el aceite de oliva, y obviamente, vamos a mezclarlo todo muy muy bien con una cuchara.
Mezclamos y removemos hasta conseguir una masa homogénea, y dejamos reposar unos 15 minutitos. Pasado este tiempo, espolvoreamos un poco de harina por nuestra superficie de trabajo y nos vamos a poner a amasar con nuestras manos, es una de las cosas más relajantes y agradecidas de la cocina, amasar… formar tus propios panes, galletas, bollitos, masas de empanadas, pizzas, etc.
Apretar, deslizar, doblar, levantar, soltar y volver a presionar, así hasta conseguir que nuestra masa sea manejable y no se nos pegue en las manos.
Una vez tenemos nuestra masa perfecta, lo mejor sin duda sería dejarla reposar de un día para otro, pero si os apetece tener las galletitas en el mismo día, con 1/2 hora de reposo es suficiente.
Espolvoreamos un poquito de harina o aceite en el recipiente, tapamos y la dejamos descansar… Cuando haya pasado al menos 1/2 horita, volvemos a amasar durante 5 minutos más, para que esté en su punto y todos los ingredientes se hayan integrado perfectamente…
A mí personalmente me encantan las galletas caseras, que se vea y se note que lo son, totalmente artesanas, manuales, imperfectas, diferentes, un poco toscas para algunos, para mí las mejores….
Así que para formarlas NO vamos a utilizar ningún rodillo, sencillamente tomamos un «pellizquito» de masa, hacemos una bolita y la aplastamos con los dedos sobre nuestra bandeja de horno, idealmente con papel vegetal de base, si no tenéis, cubrid la bandeja con un poquito de aceite, así evitaréis que se peguen.
Una vez tengamos las galletitas formadas, pinchamos varias veces con un tenedor para que tengan esos agujeritos tan característicos de las galletas saladas, y por último, con mucho cuidado de no pasarnos, añadimos unos toques de sal gruesa sobre cada galletita.
Pues ya estamos preparad@s para irnos directamente al horno… introducid la bandeja y ponéis la temperatura a 170ºC, con calor arriba y abajo. Serán aproximadamente 35 minutos de horneado, cada horno es diferente, así que la primera vez que las preparéis estad un poco pendientes, tanto del olor como del color para que no se tuesten demasiado y no queden duras…
Una vez que las saquéis… sentiréis el festival de aromas y un deseo casi irrefrenable de «hincarles el diente»… pero esperad a que se enfríen del todo, así es como apreciaréis la explosión de sabor y su textura crujiente en todo su esplendor…
… ¡¡¡Y ahora a disfrutar!!! las podéis tomar solas, como acompañamiento de cualquier comida, para picotear de tarde con un café, refresco, zumo, con deliciosos untables veganos como nuestra crema de queso de anacardos, sobrasada, foie gras, hummus, nuestro particular paté de garbanzos en escabeche o probad con un paté de berenjena de escándalo, sin olvidarnos del «Tapemar» que no podéis dejar de probar…. y por supuesto, están exquisitas con guacamole…
Venga, vamos, aprovechad para aprender más cosas, atreveos a cocinar y usad ese horno que está tan aburrido en la cocina….
Un abrazo enorme y ahora, más que nunca, cuidaos mucho y cuidad.
V&V