¡¡¡Muy buenas compañer@s!!!
Hoy os traigo una receta muy muy tradicional y sencilla de la cocina española, las llamadas patatas revolconas, también se les conoce como patatas «meneás», «machaconas» o «removidas», por supuesto, como siempre, con nuestro toque gamberro para hacerlas aún más sabrosas, veganas (¡¡¡siempre!!!) y deliciosas si cabe…
Las revolconas más costumbristas son patatas cocidas y machacadas manualmente (nunca trituradas en batidoras o cualquier tipo de procesadoras), tipo puré, a las que se les añade ajo dorado en sartén con aceite de oliva y un toque de pimentón, eso hace que así simplemente tengan un sabor espectacular… normalmente se sirven con torreznos, panceta o cortezas de tocino, los llamados «productos de la matanza», afortunadamente nosotr@s vamos a eliminar toda crueldad, sangre y dolor de nuestros platos… pero no ese contraste crujiente, sabroso e intenso que le aportaban estos «productos».
Estas patatas son típicas en Ávila, Salamanca, Extremadura y Toledo principalmente, es decir, originarias de Castilla y muy populares en casi todas sus provincias, pero también son bien conocidas en el resto de España. Las encontraréis en muchas tabernas, bares de tapas e incluso restaurantes… son muy humildes y sencillas, pero ¡qué ricas!!! Comenzaron siendo «plato de pobres», plato de campesinos y pastores, pero ahora se elevan a la máxima potencia gastronómica….
Pues bien, seguidme que os cuento como vamos a preparar nuestras revolconas gamberras:
Ingredientes:
- 5 patatas medianas
- 5 dientes de ajo
- 1 cucharada (sopera) de pimentón de la Vera (dulce)
- 1 chorrito de AOVE (aceite de oliva virgen extra)
- Aprox. 50 gramos de setas variadas deshidratadas (un par de puñaditos)
- 3 ó 4 cucharadas de harina de garbanzo
- Sal marina al gusto
Pues esto es todo, ingredientes sencillos y fáciles, las setas deshidratadas las podéis encontrar en mil sitios y no son muy caras, dado que duran muchísimo y aportan un gran sabor con muy poca cantidad. Normalmente las venden variadas, éstas que he utilizado eran una mezcla de Boletus Edulis, Trompetas de la Muerte, Shitake, Setas de Ostra, Setas de Judas, Perretxiko y Serenduela… «casi na´»… pero os van a servir las que encontréis, cualquier mezcla os va a venir bien para este platazo.
Una vez tengamos todos los ingredientes, lo primero, primerísimo que tenemos que hacer es rehidratar nuestras setas, para ello, las ponemos en un pequeño cuenco y las cubrimos de agua durante unos 15 a 20 minutos.
Mientras las setas se hidratan, vamos pelando, lavando y cortando nuestras patatas en trozos no demasiado grandes para que no tarden mucho en cocerse.
Las ponemos en nuestra cacerola y escurrimos las setas procurando recoger todo el agua de hidratación que contiene mucho sabor y todo su aroma. Vertemos este agua de setas en la cacerola con nuestras patatas y echamos más agua si hiciese falta hasta cubrir todas las patatas, las ponemos a cocer a fuego medio durante unos 30 minutos, hasta que estén muy muy blanditas…
Ahora pelamos y laminamos los dientes de ajo, echamos un buen chorro de oliva con los dientes de ajo laminados en nuestra sartén y vamos dorándolos a fuego medio, que no se os quemen por favor o amargará el plato…
Una vez que estén doraditos los retiramos inmediatamente del fuego y en la misma sartén añadimos el pimentón y damos un par de vueltas para que se mezcle bien con el ajo. Seguidamente escurrimos nuestras patatas, de nuevo reservando el agua de cocción.
Pasamos las patatas a un cuenco grande y ahí mismo ya vamos machacando con un tenedor o cualquier otro utensilio que nos facilite la labor.
Añadimos nuestro punto de sal y los ajitos dorados con pimentón, mezclamos todo muy muy bien…
Para hacer las revolconas más cremosas, vamos vertiendo muy poco a poco una pequeña parte del agua de cocción de las mismas patatas (que contenía el aroma de las setas) y volvemos a mezclar y machacar (sin romper enteramente todas las patatas) hasta obtener un puré espeso y a la vez cremoso, suave, aromático y sin duda exquisito…
Por último enharinamos las setas ya bien escurridas con nuestra harina de garbanzos, a ver, si queréis podéis hacerlo con harina de trigo común o cualquier otra, pero la de garbanzo hará que queden más crujientes, que es lo que buscamos para dar contraste, además no tiene gluten, lo que hace que este plato sea apto para celiacos… ¡Ah! y añadimos un puntito de sal también aquí.
Mezclamos procurando que se rebocen bien todas las setas.
Y en la misma sartén en la que hemos dorado el ajo, añadimos un chorrito de oliva, subimos el fuego al máximo y salteamos nuestras setas hasta conseguir que queden crujientes, será cuestión de pocos minutos…
Pues ya estamos list@s para servir, idealmente en una cazuela, cuenco o plato de barro… no sólo por mantener la estética tradicional, también porque mantendrá caliente la comida durante más tiempo… ponemos de base las revolconas calentitas, recién hechas, espesas, cremosas, plenas de sabor con ese toque de ajo, oliva y pimentón… y encima, coronando el plato, nuestras setas crujientes y explosivas, porque las setas deshidratadas concentran más sus sabores y aromas… ¡imaginaos qué festival para el paladar!!!… suavidad, intensidad, aroma, color, textura y por supuesto… ¡¡¡Sabor!!!
Un plato sencillo y humilde, pero un platazo y además sin ninguna complicación, pero que vais a disfrutar como si fuese el mejor manjar de los dioses…
Compañer@s animaos a cocinar en casa, a cocinar vegano, sin hacer daño, sin hacernos daño y cada día os sentiréis mejor por fuera y por dentro…
Un abrazo enorme,
V&V