¡Hola compañeros! ¡Ya está aquí la primavera!!! Y también la Semana Santa… estos días de «semi-libertad» controlada que nos regala el sistema, para poder «escaparnos», descansar o sencillamente celebrar el comienzo de los meses más cálidos, de los días más largos, de la luz, del despertar del movimiento y la vida… Estos preciosos días disfrazados de religión, de dolor y de culpa, para que no todo sea perfecto…

En fin… centrémonos hoy en nuestras torrijas, torrejas o tostadas doradas, como también se las conoce, un dulce casi tan antiguo como nuestra historia.

La primera referencia escrita sobre las torrijas, la podemos encontrar en la obra de Alpicio, un conocido gastrónomo romano del siglo I (d.C.), autor del libro «De re coquinaria», la mejor fuente histórica para conocer la gastronomía en el mundo romano. Alpicio vivió entre los reinados de los emperadores Augusto y Tiberio, fue muy popular en su época por sus excentricidades y su enorme fortuna. La cual dilapidó para conseguir los más «refinados» alimentos elaborados en complicadísimas recetas, muchas de ellas atribuidas a él mismo, como el «foie gras» obtenido del hígado de gansos alimentados exclusivamente con higos…

En España, la torrija aparece ya documentada en el siglo XV por Juan del Enzina, que fue un poeta, músico y autor teatral del prerrenacimiento español en la época de los Reyes Católicos. Las primeras recetas completas se remontan al «Libro de cozina» (1.607) de Domingo Hernández de Maceras y «El Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería» (1.611) de Francisco Martínez Motiño.

Como dato curioso, las torrijas eran muy populares en las antiguas tabernas de Madrid y se acompañaban por chatos (pequeños vasos) de vino.

Se dice que las torrijas se empezaron a consumir más durante la cuaresma para aprovechar todo el pan sobrante, ya que, al no comer carne durante esos días, también se consumía menos pan… El caso es que hoy es una tradición tomar torrijas en Semana Santa, las podéis encontrar en pastelerías, panaderías, cafeterías, restaurantes y bares… además de en muchísimos hogares. Son fáciles y deliciosas, ideales para un desayuno festivo, merienda o un postre de recuerdo…

Las torrijas tradicionales se empapan en leche o vino, después se rebozan en huevo y harina, se fríen en aceite de oliva y finalmente se espolvorean con azúcar y canela…

Las torrijas «Gamberras» por supuesto son veganas (100% vegetales) y muy muy especiales. Las empaparemos en leche de avena con ralladura de naranja, canela en rama y vainilla de Madagascar. Las freiremos en buen aceite de oliva y las espolvorearemos con azúcar, canela molida y cacao, para servirlas finalmente acompañadas con fresas y un toque de sirope de agave… Tan extraordinariamente deliciosas que casi son «pecaminosas»… ¡¡¡jajaja!!!

Seguidme que os cuento cómo prepararlas, ya veréis qué sencillas y rápidas…

Ingredientes (para 6 unidades):

• 6 rebanadas grandes de pan (preferiblemente que tenga ya un par de días)
• Aprox. 1/2 litro de leche de avena (o la leche vegetal de vuestra preferencia)
• 1 rama de canela
• 1 vaina de vainilla
• Ralladura de 2 naranjas
• Aprox. 1 taza de aceite de oliva
• Aprox. 4 cucharadas soperas de azúcar integral de caña o panela
• Aprox. 2 cucharadas soperas de canela molida
• Aprox. 2 cucharaditas de cacao puro
• Fresas y sirope de agave, savia de arce o miel de caña al gusto para presentar

Pues comenzamos, lo primero para hacer unas buenas torrijas es tener un buen pan, lo podéis preparar vosotros mismos, en el blog encontraréis cómo preparar vuestro extraordinario pan artesano con masa madre, o si no, aseguraos de comprar un pan de verdad, de fermentación lenta y natural, un pan digno de llamarse pan, y no una masa congelada de microondas…

Una vez tengamos nuestro pan «a mano», vertemos el 1/2 litro de leche vegetal en una cacerola, con la ralladura de 1 naranja, la rama de canela y la vaina de vainilla, y ponemos todo a calentar a fuego medio-bajo durante unos 8 ó 10 minutos, sin que en ningún momento llegue a hervir.

Después dejamos que se enfríe y que repose durante otros tantos minutos y pasamos la leche vegetal perfumada a una fuente honda o recipiente adecuado en tamaño.

Por otro lado, en un plato plano, echamos el azúcar, la canela molida y el cacao

Mezclamos todo muy bien y añadimos la ralladura de la otra naranja.

Ya estamos casi, casi preparados para empezar a elaborar nuestras torrijas…

Cortamos las rebanadas de pan, con un grosor aproximado de 1/2 dedo

Ponemos el aceite a calentar en una sartén, recordad que debe estar bien caliente para que la torrija se cocine y se dore correctamente.

Y ya con todo preparado comenzamos, el proceso es rapidísimo…

En el primer paso empapamos bien la rebanada de pan en nuestra exquisita leche perfumada a la naranja, canela y vainilla….

Segundo paso, nos vamos directamente a freírla en la sartén con aceite de oliva muy caliente, sin necesidad de rebozarla en ningún tipo de harina o sustitutivo de huevo.

Tercer y último paso, la sacamos cuidadosamente con la espumadera y/o cuchara de madera, la escurrimos unos segundos, y después las espolvoreamos o directamente rebozamos con nuestra mezcla de azúcar, canela, cacao y ralladura de naranja…

Así hacemos con todas las rebanadas y las vamos pasando a un plato grande plano o fuente para que reposen.

Y por último, cuando vayamos a presentar, cortamos unas rodajas de fresas, las colocamos por encima y vertemos sobre éstas sirope de agave, savia de arce o miel de caña al gusto…

¡Y a disfrutar como niños!!! ¡Feliz Semana Santa !!! ¡Feliz primavera compañeros!!!

Estas torrijas están para «chuparse los dedos», ya lo veréis, además son sencillísimas, rápidas y económicas, aprovechando las fresas, de lo mejorcito que nos trae la primavera…

Un abrazo enorme, ¡empapaos de vida!!!

V&V